Enfermedad del hígado graso

Enfermedad del foie gras: ¿son útiles los probióticos?
La suplementación pre y probiótica, junto con modificaciones en el estilo de vida, redujo la infiltración de grasa en el hígado y la inflamación en personas con esteatosis hepática no alcohólica (NAFLD) en un estudio reciente.
¿Por qué es importante
La NAFLD (Non-Alcoholic Fatty Liver Disease) o enfermedad del hígado graso no alcohólica se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado.
Es una enfermedad del estilo de vida que se desarrolla en personas con malos hábitos alimenticios (demasiada azúcar, demasiados alimentos con un alto índice glucémico).
La NAFLD aumenta con la edad y está relacionada con la resistencia a la insulina, el sobrepeso y la diabetes. Afecta a entre el 14 y el 30% de la población.
No hay un tratamiento específico para esta enfermedad, que puede progresar a una forma más grave: esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) y luego cirrosis. Las modificaciones en la dieta y la actividad física regular pueden mejorar la enfermedad.
La microbiota intestinal juega un papel importante en el desarrollo y la progresión de la enfermedad. Por lo tanto, los probióticos podrían ser una estrategia interesante en el tratamiento de la NAFLD.
En un nuevo estudio publicado en la revista Clinical Nutrition ESPEN, los investigadores estudiaron el efecto de la suplementación con Bacillus coagulans, una bacteria que sobrevive al pH ácido del estómago y luego llega al intestino donde realiza sus actividades probióticas (regulación de la microbiota y el sistema inmunológico).
El estudio
En este ensayo controlado aleatorio, los 53 participantes con NAFLD recibieron un suplemento simbiótico (una mezcla de probióticos y prebióticos) que contenía Bacillus coagulans e inulina o un placebo durante 12 semanas.
Los participantes también hicieron cambios en su estilo de vida (dieta y actividad física, por lo menos 30 minutos 3 veces a la semana).
Todos los participantes tenían una concentración 1,5 veces superior a la normal de alanina aminotransferasa o ALT, una enzima hepática.
Los resultados muestran que la circunferencia de la cintura, el peso y el índice de masa corporal disminuyeron en el grupo de suplementos simbióticos mientras que sólo la circunferencia de la cintura disminuyó en el grupo de placebo.
La disminución de las enzimas hepáticas, en particular de la ALT, fue mayor en el grupo de los bacilos coagulantes que en el grupo del placebo.
La esteatosis (infiltración de grasa en el hígado) también disminuyó más en el grupo de los probióticos.
Finalmente, la suplementación con Bacillus coagulans redujo la inflamación en los pacientes de NAFLD y los niveles de insulina después de 12 semanas de suplementación.
Los probióticos actúan modificando la microbiota intestinal, reduciendo los niveles de endotoxinas -en particular los lipopolisacáridos- e inhibiendo la producción y absorción de las toxinas intestinales.
Los probióticos también disminuyen la permeabilidad intestinal, lo que impide que las endotoxinas entren en el torrente sanguíneo. Todos estos parámetros permiten que las células del hígado estén menos expuestas a las endotoxinas y así mejorar la NAFLD.
En la práctica
Tomar probióticos ha aumentado los beneficios de los cambios en el estilo de vida solamente.
En este estudio, la suplementación probiótica se acompañó de prebióticos que proporcionan el alimento necesario para el crecimiento bacteriano en el intestino.
Cuidar la microbiota intestinal puede ser una estrategia ganadora cuando se sufre de NAFLD. Se debe hacer hincapié en los alimentos que son beneficiosos para las bacterias intestinales.
Es posible reducir naturalmente las grasas infiltradas en el hígado, en particular eliminando los productos azucarados y los de alto índice glucémico y centrándose en los antioxidantes y los omega-3.
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