Santa teresa de Jesús Biografía Doctora de la Iglesia

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Biografía Santa Teresa de Jesus

Teresa de Ahumada nació en Ávila el 28 de marzo de 1515. Luego de la muerte de su esposa y con dos hijos, Alonso de Cepeda, su padre, se casó con Beatriz de Ahumada.

Santa Teresa de Jesus fue la tercera de los diez hijos de la pareja. Ella creció en un ambiente muy religioso, en el que desarrolló una sensibilidad notable para lo trascendente desde una edad muy temprana.

Santa Teresa de Jesus

Foto Pixabay

En una sociedad analfabeta, sus padres le inculcaron precozmente una devoción por la lectura.

Perdió a su madre a los trece años. Este golpe y las crisis típicas de la adolescencia agravaron un problema afectivo que la empujaría dolorosamente hacia su conversión definitiva.

Con gracia física y con grandes habilidades sociales, pronto triunfó en "la vanidad del mundo". Después de una feroz batalla interior, tomó la decisión de ser religiosa mientras estaba en el internado de Nuestra Señora de Gracia.

Ella pensaba que era un estado mejor y una forma más segura de salvación. Además de esto, no le gustaban las condiciones en que vivían las mujeres casadas en su medio. La movía más el miedo que el amor.

El Padre

Cuando su padre trató de detener su entrada en el Carmelo de la Encarnación, Teresa se escapó, pero con mucho pesar.

Sus hermanos también salían de casa y se dirigían a América en busca de fortuna. Tenía 20 años y quería ser libre para conquistar su propio destino.

Vivió en La Encarnación durante 27 años. Hizo su profesión en 1537 y, apenas un año después, fue superada por una extraña enfermedad. Su gravedad alarmó a su familia, que la puso bajo el cuidado de un famoso curandero.

El tratamiento empeoró su condición hasta que se dio por muerta. Ella cuenta que fue sanada por la intercesión de San José, aunque con una serie de quejas que durarían toda su vida. Tenía 27 años y desde entonces, la enfermedad se convirtió en su compañera fiel.

Durante el curso de su enfermedad, entró en contacto con el misticismo franciscano al leer el Tercer Alfabeto Espiritual de Osuna, de gran importancia en su evolución espiritual porque la introdujo en la oración de recuerdo.

Una vez más en el monasterio, su invocación interior a la soledad y la oración se vio impedida durante años.

Por un lado, el medio ambiente no era propicio. Alrededor de 200 mujeres vivían juntas en el monasterio, en el que destacaba la extraordinaria personalidad de Teresa.

La luz

Su presencia constante en el salón era obligatoria, ya que atraía a visitantes que dejaban considerables limosnas. Sin embargo, ella no encontró desagradable esta intensa vida social que la alejó de la oración; equilibraba su ilimitada afectividad.

Cada vez más insatisfecha, impulsada por el llamado del Amigo que la reclamó completamente, comenzó a confrontar sus experiencias internas en busca de luz.

Ella tuvo muchos confesores aprendidos a quienes confió su alma a lo largo de su vida, siempre peregrinos de la verdad. Mujer, de ascendencia judía convertida, y mística: un mal comienzo para obtener cualquier crédito. Al final, la ciencia sustentaría su experiencia.

En 1554, ante una imagen de Jesús "tan herido", comenzó su transformación. A partir de este momento, ya no se sentiría conmovida por el miedo, sino por un profundo amor por Aquél que la había amado primero.

Dos años después, su conversión fue definitiva. El Espíritu Santo irrumpió en su alma y la sanó, dejándola libre de sus problemas afectivos.

El fruto de su conversión fue una actividad prolífica como fundadora y escritora que duró hasta su muerte.

Santa Teresa de Jesús murió el 4 de octubre de 1582, en Alba de Tormes. Fue beatificada por Paul V en 1614, canonizada por Gregory XV en 1622 y proclamada doctora de la Iglesia por Paul VI en 1970. Fue la primera mujer a la que se le otorgó ese título.

Trabajos

«No pensé que podría ser feliz si no tuviera un libro nuevo». Así es como Teresa de Jesús confiesa su pasión por la lectura desde la infancia. Ella no tenía una educación reconocida, en ese momento prohibida a las mujeres.

Así las cosas, saber leer y escribir la convirtió en una mujer privilegiada y, al mismo tiempo, sospechosa.

Ella adquirió una sólida educación teológica y espiritual de sus lecturas y conversaciones con los teólogos más reconocidos de su tiempo, y esto se enriqueció con su propia experiencia.

La Lista de libros prohibidos publicada por la Inquisición en 1559 tuvo un gran impacto en Teresa. Privada de sus materiales de lectura que habían iluminado tanto su proceso espiritual, Dios vino a su encuentro: «No estés triste, porque te daré un libro vivo».

Jesucristo se convertiría en su maestro interior. Teresa se sintió obligada urgentemente a comunicar esa experiencia hecha sabiduría, para "atraer almas a una bendición tan alta". Y así, el lector incorregible se convirtió en el apasionado escritor.

El futuro doctor de la Iglesia escribió sabiendo que sus obras serían revisadas y aprobadas por un censor eclesiástico.

Los Escritos

Ella era consciente de que una escritora sería mal percibida, incluso más si ella tenía la intención de enseñar. Y, como si eso no fuera suficiente, porque sus escritos se referían a asuntos espirituales, la Inquisición podría condenarla como hereje.

Esos eran "tiempos de problemas" que condicionarían su trabajo y la obligarían a agudizar su ingenio.

Para ganarse la benevolencia de la censura, no escatimó palabras para hacerle entender que ella fue la primera en ser molestada, que escribió por obediencia y se reconoció a sí misma como una persona sin educación, pecadora e inepta.

Aunque escribió mucha poesía, hoy Santa Teresa de Jesus es una figura eminente en la literatura, principalmente por su prosa.

Todo el cuerpo de su trabajo tiene un carácter autobiográfico, aunque es posible encontrar en él otros géneros literarios como el didáctico, el tratado espiritual o la crónica.

La santa de Ávila escribió desde su experiencia concreta, sin dogmatismos ni tesis abstractas. Este ejercicio le permitió revivir sus experiencias y reflexionar sobre ellas. En esta ardua lucha interna por expresarse, se aclaró a sí misma.

Las palabras en papel confirmaron la realidad de lo vivido. Una rica retroalimentación entre la escritora y su pluma.

La Experiencia

La dificultad de expresar su misticismo en un lenguaje perpetuamente limitado fue realmente desconcertante para Teresa.

Su experiencia y la novedad de las soluciones que aportó a la palabra escrita le han valido la designación de "creador" del lenguaje.

Ella tuvo el genio de concebir un sistema y presentarlo en un estilo encantadoramente simple. En verdad, sus páginas rezuman espontaneidad y frescura.

Mucho se ha escrito sobre Santa Teresa de Jesus desde entonces. Siempre es mejor leerla directamente.

Trabajos:

  1. El libro de su vida.
  2. El camino de la perfección.
  3. El libro de sus fundamentos.
  4. El castillo interior.
  5. Testimonios espirituales.
  6. Meditaciones sobre el Cantar de los Cantares.
  7. Letras.
  8. Soliloquios.
  9. Las constituciones.
  10. En hacer la visitacion.
  11. Respuesta a un desafío espiritual.
  12. Una crítica satírica.
  13. Poesía.
  14. Escritos Misceláneos y Memorandos

Espiritualidad

Teresa de Jesús reconoció una Presencia en su vida que la abrazó amorosamente en su búsqueda de amistad.

Después de muchos años sin éxito luchando para «armonizar estos dos contrarios» Dios y el mundo, ella se abandonó con confianza a los brazos de Cristo. Y, desde ese momento, Dios tomaría el timón de su vida y la embarcaría en un viaje fascinante hacia las «séptimas viviendas». La espiritualidad teresiana brota de esta experiencia.

Con su vida y sus escritos, Santa Teresa de Jesus quería comunicar cómo era ese Dios, quien había salido a encontrarla y se había regalado a ella sin medida.

Ella había visto por sí misma que Él no desea nada más que entregarse a quien quiere recibirlo. Dios invita a la persona a entrar, donde mora.

Tal es la «gran belleza y dignidad del alma», creada a imagen y semejanza de Dios y capaz de establecer amistad con él.

Dios se entrega completamente, no porque el ser humano haya acumulado méritos, sino porque desea revelarse y provocar una respuesta de entrega. Teresa dice que Dios «comete faltas» y extrae la mayor parte del bien que hay en cada uno.

Identidad

Santa Teresa de Jesus experimentó que una persona puede vivir arrastrada por sus fuerzas instintivas y ser ignorante de su propia identidad y destino.

Desde este punto de partida, el proceso espiritual es para ella una liberación de todo lo que desmonta a la persona interiormente y la separa de su objetivo: transformar la unión con Cristo, el matrimonio espiritual.

La oración es la puerta para entrar en esta dinámica, que tiene como único requisito una «determinación determinada».

Como fruto de este encuentro en la amistad, la humildad crece por la iluminación de las verdades en el alma: quién es Dios, quién es la persona , lo poco que la persona puede hacer de su propio esfuerzo y cuánto recibe.

La clave para avanzar en este camino es aceptar lo que Dios ofrece como alguien que es pobre y responder a su gracia con una generosa entrega personal.

El Amor

Cuando el amor divino acaricia a un alma, el alma ya no puede medir su vida de acuerdo con la realización de preceptos y ritos, sino el amor con el que responde a tantos regalos recibidos.

Por esa razón, esta experiencia pone en movimiento una transformación del yo en su raíz, para acomodarla a una amistad cada vez más profunda con Dios y sus hermanos.

Santa Teresa de Jesus experimentó grandes deseos de beatitud y libertad. Ella observó que el ser humano tiene en su interior un vacío que nada ni nadie puede llenar, solo Dios.

Sin embargo, él persiste en llenarlo con lo que lo deja con más hambre. Ni las cosas ni las personas, sino la actitud adoptada hacia ellos, es lo que atrapa la vida en una espiral de esclavitudes.

Solo Dios

La persona necesita eviscerar la mentira del mundo que lleva dentro, porque «todo lo que llega a su fin no es nada» y «solo Dios basta».

Cuando el alma ha visto las grandezas de Dios, no siente el peso de ninguna obra. de desprendimiento que lo ayuda a descargarse para volar hacia él; «Caminar en la verdad» y la desnudez para poder ser libre por fin.

Cristo es el centro de la espiritualidad teresiana. Su humanidad sanó a Teresa afectivamente y la introdujo en el misterio del Dios trinitario, una comunión de amor.

De la elección radical que hizo por él surgió el deseo de complacerlo en todo. Y, dado que el amor a Dios y el amor al prójimo son lo mismo, el servicio a los demás es lo que valida el acto de seguir a Aquel que «nunca se cuidó a sí mismo».

Santa Teresa de Jesus propone un viaje de fe vivido en comunidad: un grupo de amigos de Jesús, en el que cada uno es otro Cristo para los demás, por amor al convertirse en un «esclavo de Dios y de todos».

Es decir, olvidarse de sí mismo y pensar en el bien del otro antes que uno mismo. El amor que infunde las pequeñas cosas de cada día, porque Dios no mira la grandeza de las obras, sino el amor con el que se hacen.

Lugares

Santa Teresa de Jesus experimentó la manera en que la misericordia de Dios transformó su vida. No obstante, no se escondió en un intimismo egocéntrico y estéril.

Por el contrario, su sensibilidad se agudizó ante el sufrimiento de un mundo que está "todo en llamas".

Por eso su deseo de compartir lo que recibió de Dios fue tan urgente. El fruto de su conversión fue una actividad prolífica como fundadora y escritora que duró hasta su muerte.

Santa Teresa de Jesus soñaba con una pequeña comunidad que viviera el Evangelio auténticamente. Un signo en medio de una sociedad con valores retorcidos y una Iglesia en crisis.

Un lugar de oración y trabajo, silencio y fraternidad, donde ella podría «hacer lo poco que estaba en mi poder» para mejorar la realidad. En 1562, en medio de muchas dificultades, ese sueño se hizo realidad con la primera fundación Descalza: el convento de San José en Ávila.

El Misionero

Los días de Teresa pasaron alegremente hasta que el testimonio de un misionero que regresaba de las recién descubiertas Américas sacudió su corazón.

En vista de la aflicción de tantas criaturas, maltratadas por la ambición colonial y los fracasos de quienes evangelizaron, sintió la necesidad imperiosa de ampliar su trabajo. Tenía 52 años.

A partir de entonces, su vida estuvo tan intensamente involucrada en los viajes y nuevos conventos que la imagen que queda de ella en la historia es de "la santa gadabout".

Fundadora de monjas y frailes, recorrió más de seis mil kilómetros a lo largo de las carreteras españolas del siglo XVI que se encontraban en terribles condiciones.

La Salud

Teresa demostró sus extraordinarias cualidades personales en la negociación de obstáculos de todo tipo.

Los recursos financieros insuficientes se juntaron a los problemas de obtención de licencias, las dificultades de los viajes, la búsqueda y el acondicionamiento de las casas, su mala salud ... Sospechosa porque era de ascendencia judía convertida, mujer y mística, fue denunciada ante la Inquisición en varias ocasiones.

En 1575 abrió un proceso contra ella y sus monjas en Sevilla del que fueron absueltos. Encontró detractores entre la nobleza y la clase media, y también en la Iglesia.

Incluso dentro de su propia Orden, la situación se volvió intolerable y, después de un proceso doloroso, los fundamentos teresianos se separaron de ella en 1580. Entonces nació el Carmelo descalzo. Y de hecho Teresa verificó los valores que guiaban esa sociedad.

Dios

Una mujer siempre absorta en mil conflictos y necesidades, su astuta diplomacia y su renombrada habilidad en el mundo de los negocios fueron decisivas para su éxito.

Pero la verdadera motivación de su logro fue el deseo de servir al Amigo a quien ella permaneció íntimamente unida. De una fe inquebrantable y de un amor apasionado surgió el coraje y la fuerza para superar toda adversidad.

Para Santa Teresa de Jesus, cada fundación fue una auténtica epifanía. Dios estaba extendiendo su reinado mientras se inauguraban nuevas comunidades. Y lo hizo usando la insignificancia social de una mujer.

El espíritu del mal se opuso a esto, sembrando en el camino tantos, muchos reveses. Pero el poder de Dios siempre es más fuerte. Su luz y su bondad triunfaron cada vez que nació un nuevo Carmelo.

Santa Teresa de Jesus agotó su salud y su vida al servicio de Dios y de la Iglesia. Estaba convencida de la importante misión eclesial que se llevó a cabo en sus casas de oración.

Ella entendió que la oración, a partir de la transformación de la persona, llegó a todos los rincones de la tierra como una onda expansiva.

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Fidel Vázquez

Mi formación en Informática y más de 30 años de experiencia en sistemas WEB, SEO, SEM, OSINT y Servicios de Inteligencia para la Extracción y Análisis de Datos, he dedicado mi carrera al mundo digital. Mi convicción inquebrantable es que la paciencia y la dedicación son la clave para alcanzar objetivos significativos en esta vida.

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